domingo, 9 de noviembre de 2008

Stiletto


Ella es linda porque asesina sus horas junto de su hombre, porque con cada hervor se siente creativa, es linda porque los tacones la hacen ver alta, allá arriba, donde siempre ha querido estar, es linda porque el maquillaje le tapa el mal gesto de saberse engañada. Le pido todos los días que me enseñe a ser así de linda, pero es demasiado complicado, no logro destejerme como ella, no dejo de sentirme más ajena que las pestañas postizas.

Ella es más linda cuando encuadra su sexo para el placer de su hombre, cuando se traga el semen aunque no le guste porque sabe amargo - tan virtuosa es que comprende que nunca será tan amargo como creer que anoche otra lo probó-. Poco ha de importar todo, miserable me he de sentir porque no puedo ser así de linda, y ella no me enseña, no me dice nada, se queda callada y sonríe.

... pero mira qué linda que se ve.

martes, 14 de octubre de 2008

Hay que evaporarse de vez en cuando

Quién sabe hasta donde vaya a parar este blues, el whisky no se ha terminado y mis errores van tan líquidos que comienzo a confundirlos con la gloria. “Bless mistakes, bless them all”, quién sabe hasta donde vaya parar este deseo incontrolable de saltar de la cama al precipicio y caer convertido en piedra.


Es que uno a veces se cansa de caminar sobre las aguas y multiplicar el pan, a veces uno no entiende hasta qué punto hay que dejar de luchar con alfabetos incendiados y seguir sin darnos cuenta que todo es ceniza que mancha los zapatos.


Agarra mis ojos que aún son brasas, guárdalos en tu puño hasta que dejen cicatriz, que el calor no te espante y que la esperanza de un error inocente cruja en tu mano para poder, finalmente, hundirte en el mar.

Días sospechosamente light



Me quedo con verónica y media, pero con la garganta desgarrada por tu lengua popular, que vengan los tangos, Bob Marley y hasta José Alfredo, que vengan todos porque vienen contigo, y yo, sin más: soy tuya.

Gracias Andrés.

lunes, 6 de octubre de 2008

burnmeon

No voy hacer un poema porque me arrebataste las palabras a mordidas. Pobre de ti que quisiste hacerme a un lado, lo único que lograste es dejarme incendiada y con un inglés letánico que se quema en mi boca sin llegar a ser ceniza:


Burn me on

dont leave me apart

just let me burn together

but -really- burn, burn, burn like Kerouac said.




lunes, 22 de septiembre de 2008

Memorándum

A Ruth,

para que mis dedos rotos no oxiden su recuerdo


Había olvidado tus ojos, recordarlos paralizó mis músculos.

Tu mirada me rebasa y hace péndulo mi memoria en esta ciudad humedecida. No entiendo como esta noche los árboles se manchan pero tu rostro llega limpio soplando mi oído, y contigo de frente, casi tangible no alcanzo a comprender mi atrevimiento inocente de olvidar tus ojos junto con aquella mañana en la playa donde no te importó que el sol quemara la piel que ya no era tuya, la misma que habías dejado colgada mucho antes de morir.

Había olvidado también toda la fuerza que puede tener una mujer de manos pequeñas.


viernes, 12 de septiembre de 2008

a-n-a

...coloca entre los sueños sus zapatos
La maleta, Ana Prada

Ana me dijo que me fuera tierra adentro. Le dije que el mar siempre me jala, pero que esta vez prefería echar raíces. Me quedé aquí lejos del tiempo.
Afuera tanto ruido y tanta lluvia, acá una voz tan capicúa como su nombre, tan ir y venir, tan tictac sin cuerda -y este pinche tan que no se cae de los dedos-.

jueves, 28 de agosto de 2008

Caramelo

Me gustas más cuando te desnudas con la poesía que niegas:

saborazúcarmorena





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domingo, 10 de agosto de 2008

Marietta y Sexton

Le decía yo a mi querida Pola, -hermana de adulación, que me gustan sus textos, y ella gusta de los míos-, lo emocionada que me siento por su primer lugar, y es que bueno, para muchos no será tan relevante, pero para uno, con todo lo que hay al rededor -con todo eso de “ande putitos”, “cayó cielo literario”, “publicación”, “presentación”- es un gusto como demasiado compartido, y muy bien merecido, pues nada, que de qué mierda hablo, chequen aquí abajo:

Y le mando una de esas sacudidas que nacen siendo abrazos y mueren desbordados de euforia, felicidades Marietta.


A los que vienen, pues les dejo esto, precisamente de Maribel y de su cuento ganador "No leas a Sexton sin mí":


“Entendí que ya no me eras prescindible cuando descubrí la miel para diabéticos. (A Otto)” después aparece la siguiente nota: “No leas a Anne Sexton sin acordarte de mí, antes di que no eres un torbellino, que una muerte no se coge en un dormitorio, que mejor me quede callada que no debo morir sin antes corroernos como se debe, y ¿qué se debe?, -No debes leer a Anne Sexton sin mí-.”



Yo ahora ya no leere a Sexton sin acordarme de tu primer lugar. ;)


viernes, 8 de agosto de 2008

confesionario

Ni catedral
ni parroquia
:
quiero ser tu pecado.
-
más vale que seas creyente
que este infierno sí quema.


Con calor, tu sacrilegio.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Candombe marino

El mar t a n solo,

y yo

t a n salada

soleada

sorteada.


Cántame al oído los secretos

del

ayer.



domingo, 3 de agosto de 2008

My electrical morning




Cause I've never felt so dizzy

since I was a baby

in the merry-go-round

so stay by my side

and get me drunk each night

Marlango
Extrañas han sido las mañanas estos días, de vuelta a esta casa que se hace más mía, vengo en el camino con la pintura corrida, el pelo revuelto y el desconcierto de las seis de la mañana, para mí es ayer y para todos ya es hoy, van ellos tan ajenos y cotidianos, bañados, esperando el camión, listos para empezar el día, y vengo yo viajando como en una burbuja, rompiendo el tiempo, arrastrando la noche al sol que a penas va a nacer, como si quisiera pintar con las luces urbanas un resplandor de domingo soleado, como si ya fuera poco con trasgredir así los tiempos e intentara compactarlos todavía más. Tan grosera, tan prosaica: tan feliz.

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Foto: Rodolfo Arévalo
Aprovecho para recomendar ampliamente el disco
The electrical morning de Marlango.

martes, 29 de julio de 2008

Amarilloamargomar



Yo, en alta mar de cielo
estrenando mi cárcel de jamases y siempres.

Gilberto Owen


De mi azotea se ve una ciudad oblicua como la lluvia de Portugal. Por la noche se ve una ciudad inversa donde las luces son estrellas y el cielo parece el mar de mazatlán,tan lejano, tan distante, tan quebrado. Desde mi azotea me reflejo como un pescado enlamado, hueco y con la mitad del cuerpo mojado.

Siento asco de regresar, prefiero ser gato en vela y saberme en esta ciudad que no me pertenece. La noche ya no sabe a sal y la sangre parece subir a la cabeza.




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Foto. Mazatlán por RodolfoArévalo

lunes, 28 de julio de 2008

Salitre

¿Es el ruido del mar lo que se oye a lo lejos?
Entre el sí y el no de Albert Camus


No conozco la lápida de mi padre, aquella vez, sólo vi un hoyo con flores encima, muy pocas flores, ninguna la llevé yo. No lloré, quizá el sol evaporó mis lágrimas o tal vez no tenía ninguna de ellas guardadas para el prematuro aunque casi predecible entierro de mi padre. Vi un momento ese rectángulo, profundo y húmedo, tan útero y claustrofóbico, pensé: ¿por qué no traje flores?, y si compro ahorita… no, aquí en el panteón son más caras, nunca he llevado flores a algún sepel…, alguien me apretaba el brazo sonriendo hipócritamente, buscándome la tristeza en la cara con ese morbo que sólo los entierros y los atropellados pueden dar. Finalmente, dí las gracias a mucha gente, no sé exactamente por qué, y me fui.

Nunca he regresado, no sé de qué color son las letras de su nombre, supongo que doradas teñidas de polvo, dudo que alguien limpie su tumba, alguna de sus hermanas dirá que me corresponde a mí, pero estoy tan indiferentemente lejos de aquél panteón que lo único que me queda es perder la mirada cuando recuerdo a papá decir “no hay nada más triste para mí que una tumba olvidada” (se percibe en mi rostro una sonrisa tímidamente irónica).

Hoy me siento tan Camus, extranjera, emigrante, quizá sean los nervios que me provoca volver a Mazatlán después de tanto tiempo, pensar en los reencuentros, sobre todo en esos que no quisiera tener jamás pero que me los toparé cuando regrese a aquella casa donde mis piernas conservan en ellas la medida exacta de la altura de los escalones; la mano, el horror instintivo, nunca vencido, de la barandilla de la escalera.

No es que no quisiera llorar el día del entierro de mi padre, es que el sol era insoportable y el salitre me partía los labios (el mismo que me ha partido tantas veces el corazón), mi padre decía que el salitre era el perfume del mar, él decía muchas cosas y yo casi nunca lo escuchaba, porque cuando estábamos juntos ninguno de los dos estábamos ahí.

Un día fue a visitarme a casa, esta vez lo hice pasar a la sala, se quedó callado por tanto tiempo, veía los bordes del techo, el color nuevo para él, los muebles diferentes, sus ojos se rompieron, luego dijo “esta ya no es mi casa”, entonces sentí lástima por él, pude reconocer su extravío pero nunca entenderlo, lo único que pude decirle fue “Esta es mi casa, y aquí es donde vive el que dejaste cuando te fuiste”, luego siguió el silencio, que no fue incómodo, más bien insensiblemente reconfortante: Sí, tal vez sea ésa la felicidad, el sentimiento apiadado de nuestra desdicha. “¿Todavía se escucha el mar desde tu cuarto?” preguntó mi papá, me quedé callada intentando recordar, hacía tanto tiempo que no buscaba ese ruido por las noches, “desde que construyeron las nuevas casas nada más llega el salitre”, seguro él pensó mi hija perfumada, pero no dijo nada, así seguimos, ahogados en silencio por una hora más, luego se paró, me dio el litúrgico beso y se fue. Exactamente un mes después de esa visita, me hablaron del hospital, tenía que cuidarlo, no se sabía cuando iba a morir, pero odio tanto los hospitales, que no fui, y me esperó, me esperó tanto tiempo, me esperó hasta que sólo fui a verlo irse, además de su última lágrima, lo único que recuerdo es que el olor de muerte se mezclaba con el olor de la orina.

En realidad no tengo idea si algún día vaya a conocer la lápida de mi padre, tal vez en esta navidad, (muy probablemente no), primero tendré que decidir si sigo viéndole los pies al destino o adivinar ¿Hasta dónde llegará esta noche en la que yo no me pertenezco?



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Enfragmento de Entre el sí y el no de Albert Camus

sábado, 26 de julio de 2008

cursi mi primer entrada / cursi a más no poder

(…) El mundo olvida el mundo olvidado

¡Eterno resplandor de una mente sin recuerdos!

Cada orador que se acepta y cada deseo que se renuncia

Alexander Pope

Porque todo pasa, pero no el tiempo

de haber amado, de seguir amando todavía.

Louis Aragon


A veces me gusta imaginar que Kaufman, Gondry y Aragon dieron un salto cuántico para sentarse abajo de una mesa con mantel de tejabán a escribir el guión de Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Por otro lado, en estos días lluviosos, cuando no imagino aquello, me gusta ver esta película una y otra vez.