sábado, 13 de agosto de 2011

Así paramos el mundo


Si de algo me he de declarar adicta es de la saudade, guardo muchas y las uso de vuelta, algunas más que otras pero siempre con devoción casi religiosa. Pero no todo ha de ser melancolía, también colecciono recuerdos más luminosos, más amorosos, de estos siempre tengo historias qué contar pero nunca las cuento completas, digo los detalles, digo la emoción, pero me callo los fragmentos más valiosos, los más pequeños –“tan simple como intentar atorar mi mano en tu cabello”- preferible guardarlos y cuando digo guardar quiero decir esconder (hasta de mí), como cuando guardas un billete dentro de un libro, o una hoja de ceiba dentro de un cuaderno viejo o un boleto de metro de quién sabe qué ciudad dentro de una billetera en desuso.

Así, escondidos he dejado tus ojos y la premura adolescente que nos regalamos en la ciudad donde la primavera sabe que le espero, he de olvidarlos para encontrarlos de nuevo, he de esconderlos para que la sorpresa sea tan inmediata como la lluvia de ciudad.

Quiero decir, yo también tengo mis Monelle.

Nosédónde, Madrid, España. 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

"People give up to soon", someone told me once. The hard thing is to know what exactly "soon" means.